1. Elegir es preferir
a. Ser libre es poder elegir, pero esto implica el riesgo de elegir mal.
La persona no tiene un trayecto vital definido y limitado, sino que nos encontramos con la
necesidad de decidir cómo queremos vivir: en cierta manera tenemos que inventarnos
nuestra biografía.
El protagonista de El indomable Will Hunting, obligado por las circunstancias, se verá
forzado a elegir entre desarrollar su talento o seguir con su grupo de amigos. El riesgo de
elegir mal y fracasar planea como una pesada carga durante toda la película. Y, sin embargo,
aunque en muchos momentos siente la tentación de dejarse llevar y no tomar en sus manos
el curso de su vida, asume el riesgo del fracaso y elige ser él quien decida el camino a seguir y no las circunstancias.
b. Las elecciones morales se refieren al modo de orientar nuestra vida y de convivir
con los demás.
Entre las muchas elecciones que tenemos que hacer para vivir, están las elecciones morales. Nos sirven para convivir con los demás y para orientar nuestra conducta. Elegimos porque algo nos parece más valioso o mejor que otra cosa. Pero el bien o la verdad no siempre son evidentes ni aparecen a simple vista, sino que hay que investigar y para ello contamos con la razón, que nos permite reflexionar sobre lo acertado o no de nuestra decisión.
Will Hunting sobrasale por sus facultades intelectuales, pero éstas no son las únicas que
intervienen al preferir, elegir o decidir, participan todas las dimensiones del ser humano,
incluidos los sentimientos y las emociones. Y, en este terreno, nuestro protagonista flaquea,
sus sentimientos no están a la altura de sus conocimientos. Habitualmente son los
sentimientos los que con más fuerza nos impulsan o nos retraen en nuestro actuar. Las
personas que gozan de una buena educación afectiva suelen sentirse más satisfechas, son más
eficaces y hacen rendir mejor su talento natural. En cambio, quienes no logran dominar bien
su vida emocional se debaten en constantes luchas internas que socaban su capacidad de
pensar, de trabajar y de relacionarse con los demás. A Will Hunting esto es lo que le ocurre.
c. Cuando tomamos decisiones morales, nos guiamos por valores, que pueden ser vividos
(atractivos, motivadores) o pensados. Los valores pensados pueden resultar más molestos y su
aceptación requiere esfuerzo y reflexión, pero conducen a decisiones responsables.
Aquello que nos interesa, aquello que valoramos, nos ayuda a definir el sentido de nuestra
vida. Los valores nos dan una dirección hacia la que orientarnos y una motivación que
nos anima a actuar en esa dirección. Son los puntos de referencia que tenemos en el horizonte.
ACTIVIDAD
1. Intenta elaborar tu propia jerarquía de valores: piensa en qué valores son más importantes
para ti y luego ordénalos de mayor a menor importancia.
La persona no tiene un trayecto vital definido y limitado, sino que nos encontramos con la
necesidad de decidir cómo queremos vivir: en cierta manera tenemos que inventarnos
nuestra biografía.
El protagonista de El indomable Will Hunting, obligado por las circunstancias, se verá
forzado a elegir entre desarrollar su talento o seguir con su grupo de amigos. El riesgo de
elegir mal y fracasar planea como una pesada carga durante toda la película. Y, sin embargo,
aunque en muchos momentos siente la tentación de dejarse llevar y no tomar en sus manos
el curso de su vida, asume el riesgo del fracaso y elige ser él quien decida el camino a seguir y no las circunstancias.
b. Las elecciones morales se refieren al modo de orientar nuestra vida y de convivir
con los demás.
Entre las muchas elecciones que tenemos que hacer para vivir, están las elecciones morales. Nos sirven para convivir con los demás y para orientar nuestra conducta. Elegimos porque algo nos parece más valioso o mejor que otra cosa. Pero el bien o la verdad no siempre son evidentes ni aparecen a simple vista, sino que hay que investigar y para ello contamos con la razón, que nos permite reflexionar sobre lo acertado o no de nuestra decisión.
Will Hunting sobrasale por sus facultades intelectuales, pero éstas no son las únicas que
intervienen al preferir, elegir o decidir, participan todas las dimensiones del ser humano,
incluidos los sentimientos y las emociones. Y, en este terreno, nuestro protagonista flaquea,
sus sentimientos no están a la altura de sus conocimientos. Habitualmente son los
sentimientos los que con más fuerza nos impulsan o nos retraen en nuestro actuar. Las
personas que gozan de una buena educación afectiva suelen sentirse más satisfechas, son más
eficaces y hacen rendir mejor su talento natural. En cambio, quienes no logran dominar bien
su vida emocional se debaten en constantes luchas internas que socaban su capacidad de
pensar, de trabajar y de relacionarse con los demás. A Will Hunting esto es lo que le ocurre.
c. Cuando tomamos decisiones morales, nos guiamos por valores, que pueden ser vividos
(atractivos, motivadores) o pensados. Los valores pensados pueden resultar más molestos y su
aceptación requiere esfuerzo y reflexión, pero conducen a decisiones responsables.
Aquello que nos interesa, aquello que valoramos, nos ayuda a definir el sentido de nuestra
vida. Los valores nos dan una dirección hacia la que orientarnos y una motivación que
nos anima a actuar en esa dirección. Son los puntos de referencia que tenemos en el horizonte.
ACTIVIDAD
1. Intenta elaborar tu propia jerarquía de valores: piensa en qué valores son más importantes
para ti y luego ordénalos de mayor a menor importancia.
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